Yo soy quien puso las espinas en la frente,
los clavos en los pies y en ambas manos,
después rompí a llorar amargamente
la muerte irreparable de mi hermano.
Alberto Cortez en "Soy un ser humano"
- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
los clavos en los pies y en ambas manos,
después rompí a llorar amargamente
la muerte irreparable de mi hermano.
Alberto Cortez en "Soy un ser humano"
- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
Te pude haber amado locamente,
te pude haber amado sin medida,
pero te fuiste yendo lentamente
como escapa la vida por la herida.
Traté de convertirte en una dama
pero te gusta el sexo y en exceso,
por eso este corazón que tanto te ama
se despide de ti sin darte un beso.
No te enfades mujer, tú lo quisiste,
despreciaste un amor puro y sincero,
y tras brillante oropel rauda corriste.
Te mentiría al decir que no te quiero,
gracias por ese tiempo que me diste,
y gracias por aquel "ya no te quiero."
Publicado en Poemas del alma, el 11/07/2010
No hay comentarios.:
Publicar un comentario