Hay heridas que en vez de abrirnos el alma,
nos abren los ojos.
Pablo Neruda.
Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, quien posteriormente escribiría como Pablo Neruda, nació en Parral el año 1904. Hijo de don José del Carmen Reyes Morales y doña Rosa Basoalto Opazo, en 1965 se le otorga el título de Doctor Honoris Causa en la Universidad de Oxford, Gran Bretaña. En octubre de 1971 recibe el Premio Nobel de Literatura.
Muere en Santiago el 23 de noviembre de 1973.
Poema 15
Poema 20
Poema 15
Me gustas ciando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca,
parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un besos te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llenas del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante,
y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos y mi voz no te alcanza;
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres com la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Poema 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche,
escribir, por ejemplo: "la noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros a lo lejos",
el viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche,
yo la quise, y a veces ella también me quiso,
en las noches como esta la tuve entre mis brazos,
la besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería,
cómo no haber amado sus grandes ojos fijos,
puedo escribir los versos más tristes esta noche,
pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella,
y el verso cae al alma como al pasto el rocío,
qué importa que mi amor no pudiera guardarla,
la noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo, a lo lejos alguien canta, a lo lejos,
mi alma no se contenta con haberla perdido,
como para acercarla mi mirada la busca,
mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles
nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos,
ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise,
mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos,
su voz, su cuerpo claro, sus ojos infinitos,
ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero,
es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido,
aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que le escribo.
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