a Dios gritándome ¡Alerta!
y luego era Dios quien dormía
y yo gritaba: ¡Despierta!
Antonio Machado, Cantar XLVI
I
Nunca
perseguí la gloria
ni
dejar en la memoria
de
los hombres mi canción;
yo
amo los mundos sutiles,
ingrávidos
y gentiles
como
pompas de jabón.
Me
gusta verlos pintarse
de
sol y grana, volar
bajo
el cielo azul, temblar
súbitamente
y quebrarse.
XXIX
Caminante,
son tus huellas
el
camino y nada más;
Caminante,
no hay camino,
se
hace camino al andar.
Al
andar se hace el camino,
y al
volver la vista atrás
se ve
la senda que nunca
se ha
de volver a pisar.
Caminante
no hay camino
sino
estelas en la mar.
XLIV
Todo
pasa y todo queda,
pero
lo nuestro es pasar,
pasar
haciendo caminos,
caminos
sobre la mar.
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