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viernes, 3 de octubre de 2025

Poema del fracaso

José Ángel Buesa, cubano

Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema,
que aún hoy lo embriaga, cual lo embriagara ayer;
quería aprisionar un alma en un poema,
y que viviera siempre... pero no pudo ser.

Mi corazón, un día, silenció su latido,
y en plena lozanía se sintió envejecer;
quiso amar un recuerdo más fuerte que el olvido
y morir recordando... pero no pudo ser.

Mi corazón un día, soñó un sueño sonoro,
en un fugaz anhelo de gloria y de poder;
subió la escalinata de un palacio de oro
y quiso abrir las puertas... pero no pudo ser.

Mi corazón, un día, se convirtió en hoguera,
por vivir plenamente la fiebre del placer;
ansiaba el goce nuevo de una emoción cualquiera,
un goce para él solo... pero no pudo ser.

Y hoy llegas tú a mi vida, con tu sonrisa clara,
con tu sonrisa clara, que es un amanecer;
y ante el sueño más dulce que nunca antes soñara,
quiero vivir mi sueño... pero no puede ser.

Y he de decirte adiós para siempre, querida,
sabiendo que te alejas para nunca volver,
quisiera retenerte para toda la vida...
pero no puede ser, pero no puede ser.


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