Traes luz a mi alma cuando dices que aún me quieres
repites que hace años, completo me perteneces
nostálgico por revivir todos mis placeres
impregnado de lágrimas por las que entristeces.
Te eleva el éxtasis embriagador de la noche
y esquizofrénico, por mi amor, ¡me idealizas!
cautivado por el encanto de mi derroche
logras abrazarte a mí entre unas llamas rojizas.
Eres tan astuto como un zorro tras su presa
¡Inteligente eres y mucho, ya te lo he dicho!
Corres detrás de aquello que tanto te embelesa
para así cual niño, realizar tu capricho.
Y no por ésto, te considero mujeriego...
tú eres de mi propiedad y mi mayor tesoro
y por ser honesto y fiel, contigo yo navego
y a través de millones de tormentas ¡te añoro!
Tus versos son como aquellos pájaros cantores
posándose en mi ventanal para así, cantarme
cual mensajeros de amor y todos sus ardores
permitiendo que mi rebeldía se desarme.
¡No me importa que para mí, seas prohibido!
Ésa palabra no define ningún sentimiento...
solo encarcela aves a su legítimo nido,
envolviéndolas en agónico sufrimiento.
Siempre he sido indomable, agraciada pero altiva
no me fío de un hombre que escriba poesía
ni soy mujer dócil que a la primera cautiva
solo soy una dama que en tí, todo confía.
La fortaleza de tu corazón...¡mi guarida!
donde descanso cuando me consume la pena
restablecimiento perenne de cada herida
invitándome para hechizar tu piel morena.
Nadie imagina nuestra historia, ¡tan larga espera!
Ni lo doloroso de venerar en la sombra
a una ilusión similar a aquella vez primera
e intentar recuperar lo que ya, no se nombra.
Vivir la carencia de unas rimas extraviadas
entre la hojarasca triste de su despedida
que afligía tanto como millones de espadas.
El desvarío de una pérdida inesperada
trae consigo quimeras de un entendimiento
¡Y puedo jurar que estuve muy desesperada!
al casi perderte por mi cruel temperamento.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario